Me animo a escribir esta opinión sobre esta guardería por varios motivos. Uno de ellos es porque he estado buscando opiniones de papás sobre colegios por mi zona que se sumaran a otros datos y me ayudaran a tomar la decisión de a cuál apuntar a mi hija, y el resultado de dicha búsqueda resultó más bien pobre, echando de menos opiniones de primera mano.
El segundo motivo es que cuando dejé a María en la guardería me quedé receloso de con quien la dejaba. Y tres años después cuando salió, me dio mucha pena de que esa etapa hubiera acabado. Ya era consciente de que su maestra y la directora la tenían mucho cariño y aprecio. Han cuidado, enseñado y educado muy bien a mi hija, y ahora con la perspectiva que me da el tiempo, esa elección de guardería que en su origen fue un poco accidental, ha resultado todo un acierto.
¿Por qué elegimos Mofletes como guardería?
Mi mujer y yo trabajamos, y como mi suegra también vive en Alcorcón, pensamos que era buena idea buscar guardería cerca de casa de mi suegra en lugar de cerca de nuestra casa. Estuviemos viendo varias guarderías. Una pública cerca de mi casa, que cerraba en vacaciones, y cuyos horarios eran más reducidos que las privadas. Además de a nosotros, los precios que tienen las guarderías privadas en Alcorcón son muy similares a los que tienen las guarderías públicas. A lo mejor hay 30 euros de diferencia. Y sin embargo, las privadas tienen muchas menos restricciones en temas de horarios, y son menos problemáticas para temas de alergias y de comidas. O al menos eso me pareció a mi.
Mi mujer se vio más guarderías, pero yo recuerdo sólo Mofletes, que está en la calle Jabonería, y Dulce Regazo en la calle San José. En ambos casos nos atendió su directora. En el caso de Dulce Regazo, su directora era una chica joven que me resultó muy agradable. Pero no nos convenció y el "patio", que era un soportal por la parte de atrás enrejado para separarlo de la calle, no me gustó. Además tenía el gran inconveniente de que estaba abajo de una calle en cuesta bastante pronunciada. Por lo que ir andando se hacía más complicado.
Nuestra entrevista con Delia, que es la directora de Mofletes, fue diferente. Confieso que yo estaba suspicaz, pues aún siendo consciente de que debíamos dejar a nuestro bebé en una guardería, no me hacía gracia aquello de que un desconocido cuidara de ella. Recuerdo que salí de aquella reunión como si Delia me hubiera estado contando lo que yo quería oir. Con el tiempo me he dado cuenta de que estaba equivocado. Y que no podía haber elegido mejor. En aquella entrevista no sólo me comporté de forma suspicaz, si no que recuerdo un momento determinado en el que le pregunté, y quizás de forma impertinente, qué cuántos accidentes habían tenido con los niños. Fue sincera: primero me preguntó qué consideraba yo accidentes, a lo que respondí que aquellos que requirieran intervención de un médico o servicios de urgencia. Y me dijo que de esos, ninguno. Que si habían tenido alguno de niños que se dan golpes y cosas así.
Bueno, al final nos decantamos. Y nuestra hija empezó a ir a Mofletes.
La guardería está organizada en 3 clases, ranitas, caracoles y abejas, que son de 0-1 años, de 1-2años, y de 2-3 años. Tienen un patio interior muy luminoso y tranquilo, totalmente separado de la calle.
Cuando yo llevaba por la mañana a mi hija, entre las 7:45 y 8,15 más o menos, la recepcionaba Laura, que fue su profesora. Es la primera que llega y quien recepciona a los niños. Los papás dejan los carros en el patio, que tiene una zona cubierta. A esas horas ya está también la mujer que se encarga de la limpieza de la guardería y de la comida, y para entonces ya se tiene fregada el aula de los bebés y casi toda la escalera. Lamento profundamente no acordarme de su nombre, pues es una mujer simpatiquísima, y muy atenta.
Algunos de los niños desayunan allí. Nosotros ya la llevabamos desayunada. Luego suele llegar Loli, que es la profe de los bebés. Y poco después Delia, la directora y profe de otra de las clases. Luego ya se iban repartiendo los niños a sus distintas aulas.
Para la hora de la comida entraba Lorena de refuerzo. Y ya se quedaba por la tarde. Mi mujer iba a recoger a María sobre las 16,30. Pero algún día que se nos han puesto feas las cosas, hemos llegado a las 17,15 y no ha habido ningún problema. Yo solía ir los viernes a recogerla, que salgo antes de trabajar, y era Laura o Lorena las que habitualmente estaban con los niños. Para Lorena, que es un encanto de chica, y para Laura que era su profe, y que son con las que yo tenía más contacto, sólo tengo palabras buenas.
Sé que había una profe de inglés que iba un día a la semana y cantaban canciones y jugaban, pero apenas la conocí. Sólo la veía en las fiestas de Navidad o de fin de curso. Así que no me atrevo a opinar sobre ella. Aceptan cheques guardería, y en los tres años que hemos estado, no nos han subido el precio. El último año la apuntamos a natación, y es que tenían un acuerdo con una piscina cubierta, y los jueves venía un autocar a recogerlos, y se iban a "natación". Se lo pasaban muy bien, y jugaban "al barco pirata", que consistía en subirse a una manta de neopreno flotando sobre el agua.
La realidad es que aunque mi hija es de por sí muy contenta, iba feliz a la guarde a "jugar con los amigos". Y en la fiesta de fin de curso, que se la curraron mucho y la hicieron en un teatro, y que fue muy divertida, en un momento determinado se me saltaron las lágrimas pues su profe fue muy emotiva en la despedida.
En resumen, estoy muy contento con haber llevado a mi hija a la guardería Mofletes. Ha aprendido muchas cosas y lejos de haber sido un trauma, ha sido una experiencia muy buena para ella.
María se acuerda mucho de Laura, Lorena y Delia. Y nosotros también.
Juan Antonio Jiménez |