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 Los Móviles (por Jeanette)
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Yo ya no recuerdo como vivía antes de tener móvil. Todos los tenemos, aunque en realidad no sean más que un instrumento de los alemanes para dominarnos a todos. Sí, sí. Lo digo en serio. Olvídense del imperialismo yankee. Los alemanes han hecho mucho por la tecnología de los móviles. Van de benefactores de la humanidad por ello, pero detrás de esconde una compleja trama de intereses, porque... ¿cuál es la primera consecuencia de usar el móvil? Pues que todos hemos acabado escribiendo en alemán: “Qtal?sproqtvayatodognial,tbo,diezenkasaPp,nofalts,bss” Y así se empieza. No digan que no les avisé.
Con los mensajes ya puedes volverte loco, pero para liarse a lo grande tienes que tener amigos... como decirlo... poco capitalistas. Vamos, que ni subiéndose unos encima de otros se montan en el euro. Eso convierte los mensajes en objetos de lujo, y pasas a depender de los toques. Un toque sin motivo quiere decir “me aburría y he decidido joderte un rato”. Si se da minutos después de haber quedado con alguien puede ser “dónde estás, güevón, que llegas tarde y me estoy congelando” -este es del que está esperando, o “ya voy, ya voy, no os vayáis sin mí” del que llega tarde, que por término medio sí que suele ser un güevón. Pero esto no es más que la infancia del arte. Todavía no me ha pasado, pero no me sorprendería verme un día diciendo “si me haces dos toques con un intervalo de veinte segundos es que quedamos a y cuarto donde siempre, pero tres toques seguidos y luego uno aparte es que quedamos a y media donde ayer”. Al final mis amigos pobres y yo acabaremos aprendiendo el morse o dedicándonos a la cría de palomas mensajeras, que tienen por cierto la ventaja de poder comerse cuando envejecen, mientras que el móvil sólo te sirve de defensa personal cuando queda arcaico; y además todos se ríen porque vas con un ladrillo encima, cual Bustamante en el andamio.
Y esa es otra, ¿se han dado cuenta de que el móvil es lo único que los hombres presumen de tener más pequeño? ¡Qué refrescante sería oírles decir: “pues el mío mide trece centímetros” “buah, pues como todos, mira, a ver si encuentras el mío, que mide siete”... pero hablando de otros “aparatos, claro.
El móvil sirve también para conocer al dueño. Están los ultra-modernos con carcasas psicodélicas. Están los que llevan canciones de dibujos animados. Esos son los que desde los tiempos de Dartacán o los fraguel no han encontrado nada más significativo como seña de su propia identidad. Están los de las bandas sonoras... esos quieren estar a la última pero conservan un mínimo de sofisticación para no caer en las canciones del verano. O eso o les falta valor. Porque todos sabemos cómo se mira al que en pleno bar empieza a emanar el corazón latino o el baile del pañuelo de Dantés.
El pobrecillo sale todo avergonzado, y si las miradas fueran puñales lo que saldría es un erizo humano. También puedes llevarlo sin sonido, y pasarte al vibrador. Yo me lo paso genial con mis compis de clase y los vibradores, nos montamos cada una... como esto es un poco ambiguo aclaro que nos lo pasamos así de bien haciendo carreras con ellos sobre la mesa... porque el vibrador no tiene más usos, ¿o no?
El móvil ayuda a pedir perdón, a perder el tiempo con mensajes graciosos y dibujos obscenos y...¡¡a esconderse del mundo!! Cuando ves acercarse a alguien que te cae mal te inventas una conversación
-Oye, perdona que no hable contigo, es que me acaban de llamar...¿sí? no me digas que te dijo eso, MariPuri... si será mamón...
-Perdona, pero es que acabas de ponerte a hablar y yo no he oído el móvil.
-Uuuy, si se me había cortado, que tonta... mira, ya vuelven a llamarme ... Tan tan tan tan tan (Música de misión impósible que tu haces con la boca de medio lado pensando que eres Jose Luis Moreno, y tomando al interlocutor por el imbécil de Macario)
Uno no puede evitar sentirse culpable después, y la próxima vez se dedicará a hacer que escribe un mensaje, algo mucho menos evidente, aunque sólo escribas “x favr, x favor, q se vaya ya ste güevón, aaaggghh” .
Hace unos días me ha sorprendido una encuesta que dice que el dedo pulgar se puede mutar y hacerse más largo por el uso constante del móvil... vaya tontería. Anda que no me sé yo de miembros que se pasan todo el día en movimiento y no se desarrollan más. Esto en el fondo es bueno, imagínense a Dinio como estaría ya... la llevaría en carretilla, y si me apuras tendría que ayudarle nuestro Busta.
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Nada puede destruir a la Humanidad excepto la Humanidad misma. Theilard De Chardin
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En la práctica, sólo es problema lo que la inteligencia puede resolver. Hermann Keyerling (1880-1946); filósofo aleman
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