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 El cine (por Rafael Ferrer)
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Buenas:
¿Se han dado cuenta de que cuando uno va al cine le pasa siempre lo mismo? ¿No? Veamos:
Llevas semanas oyendo la misma cantinela, que hoy se estrena tal y cual película, has visto los carteles en la calle principal de tu ciudad, te persiguen los mismos por el metro y te sabes de memoria la musiquilla pegajosa de la BSO que ha salido una semana y media antes, dando pistoletazo de inicio a la campaña de promoción, te has leído las entrevistas y has visto en las dos o tres revistas de turno que la peli es alucinante, aunque claro, eso es lo que siempre pasa, todas pelis el día del estreno te dicen
que son alucinantes, ¿y luego? Ahh, se siente, si no te gusta, ajo y agua.
Vas al cine como un poseso a comprar tu entrada, que ya hay enteradillos que las compran por Internet o vía cajero automático, que es casi más cómodo y te ahorras la cola de espera, pero tu no, tú eres de los de toda la vida, vamos un muchacho T R A D I C I O N A L y por ser así te toca chuparte una cola que da vuelta y media al cine, por que claro, ¿no tienes días para ver la peli? Pues no, parece que todos nos ponemos de acuerdo para querer ver la película el mismo día y no solo el mismo día, sino también a la misma hora que es casi lo más gracioso, aunque tú que para algo te las sabes todas le dices a tu pareja que espere en la cola que tú lo vas a arreglar y te dedicas a pasearte por la misma buscando caras conocidas, ese compañero de clase, el vecino del cuarto, el hermano de la amiga de la prima de tu amiga que es a su vez hermana del chico que sale con la vecina que tiene un perro Yorksire, pues nada, que ni por asomo, ¡qué ya es mala suerte, encima que toda la ciudad quiere ver la película, justo no van a verla las personas que conoces! Así que vuelves a la cola con cara de Soldado Ryan y tu chica te pregunta ¿se puede saber de donde vienes so bobo? Y tú, claro que no la vas a decir que su héroe ha fracasado, por que te iba a echar una bronca de tres
pares de narices, vas y le dices, nada que había visto a una persona pero no era quien yo creía.
Tras esperar casi dos horas de cola, te plantas impaciente en la taquilla y pides dos entradas, aquí se pueden dar dos hechos:
a) Fila uno o delante de la columna de turno, que tiene narices, ¿las columnas las ponen siempre para ti?
b) Que justo quede una entrada y claro no le vas a decir a tu novia, oye que
te vayas a casa que mañana te llamo y te la cuento...
Así que dependiendo de cada opción o entras y te plantas toda la película con las narices pegadas a la pantalla, que tienes que tener cuidado, por que si la protagonista aparece en la pantalla con una caja, como se la escurra te va a caer en los pies, vamos que como haga la cama, te mete dentro... O te tienes que poner deprisa y corriendo a buscar otra película a la que puedas entrar a ver, que claro con media ciudad a tus espaldas eso se hace harto difícil.
El caso es que ya con las entradas en la mano, te decides a entrar y justo en ese momento, tu pareja dice, voy al servicio, que claro, ya se sabe, ellas se van a servicio y es como si se fueran a la guerra, vaya usted a saber cuando volverán, y tu mientras te pones en la cola de las palomitas, tema aparte que daría para otro monologo ¿cómo tienen tanto morro de cobrarte por unas palomitas y un vaso de coca-cola aguada 6 €? Por que eso es demencial y encima te lo sirven con cara de que te están haciendo un
favor y ay de ti infeliz que se te ocurra pasar un mísero chicle de contrabando ¡se te cae el pelo!
Bueno pues ya con la coca cola, las palomitas y los abrigos y tu chica que dos horas después ha vuelto del baño, entras la sala y hala... todo el mundo empieza a apretar y a empujar ¿pero estamos bobos o que? ¿Se puede saber para que sirve el numero de la entrada? ¿para que haga bonito? Pues nada, todos ahí empujando, que parece que vamos a salir en los encierros de los Sanfermines, el caso es que una vez que entras en la sala, aparece el acomodador y te sienta, si el cine es antiguo suele ser un señor mayor que una vez que te dice donde ponerte pone cara de póquer y alarga la mano en plan “dame argo” si en cambio es un chaval joven, te dice donde ponerte y huye. Por que sino tiene a 5.000 tíos que tienen que entrar y se están pegando por hacerlo antes.
Bueno pues ya estamos sentados y de repente ¡Zas! Antes de los trailers empiezan a ponerte anuncios, que tiene pelotas, vamos haces zapping en casa como un condenado para no ver ninguno y te los tienes que tragar en el cine, ¿pagas por ver anuncios? Por que los trailers vale, pero que si Mahou, que si Antena 3, los desnatados de pascual y el primo de Zumosol parece que se cuelan todos los días en la sala de cine ¿esos no pagan entrada? ¡Que jodios! El caso es que te plantan tantos anuncios que luego te ponen un trailer y gracias, y ya cuando va a empezar la película, te plantan el
“desconecten sus teléfonos móviles” bueno, pues tras eso empiezan a oírse pitidos en todo el patio de butacas ¿pero no ponía desconecten? ¿Para que hacéis tanto ruido? ¿Una chocolatina y unos M&M’s a que durante la película suena un móvil?
Y tras eso aparece la chica de la linterna, no la acomodadora, sino la de Universal y columbia y tal y tal y tal, así que me callo que la peli empieza ya, buenas noches.
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La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla. Jean Jacques Rousseau
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La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas. Alejandro Dumas
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