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 La boda de mi mejor amigo (por Koldo Arrastia)
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Hola a todos,
Lo confieso, yo estudié empresariales, pero no aprendí mucho. ¡Ahora, libros de texto subrayé cientos y cientos!. Al acabar la carrera había hecho más rayas que Coto Matamoros con sus amigos en Nochevieja. Pero aprender, lo que se dice aprender, quitando jugar al mus y mal, no aprendí nada.
Hace tres meses que trabajo en un puesto aburridísimo y explotado. ¡Estoy explotado!. A veces no sé si estoy trabajando o en la serie "Raíces". Pero bueno, como todos, ¿no?.
Bueno…todos menos Luis.
El caso es que Luis es diferente.
Os preguntaréis quién es Luis, bueno, y si no lo hacéis me da igual, como tengo 5 minutos… Luis es mi mejor amigo, un tío más majo que los euros, y lo cierto es
que también es bastante atractivo. Cuando salimos los dos juntos, las chicas le miran y dicen:
- Mira qué bueno está. ¡Si tiene el cuerpo de "Tarzán"!. ¡Hasta va con "Chita"!.
- ¿"Chita" yo?. No tendré el cuerpo de "Tarzán", pero tengo una gran personalidad.
- ¡Ah!, perdón, que no es "Chita". Es "Bernardo" el del "Planeta de los Simios", ¡Que habla!.
Pero Luis tiene una característica que lo define mucho mejor: Su físico, ¡no!, quiero decir su cara, vamos que es un jeta. Estoy seguro de que Luis es capaz de vender la fábrica "Gillette" a los "Talibanes". Y la verdad es que siempre se lo ha montado bien. Decidió que trabajar para otro no era lo suyo y montó un negocio de móviles que le va viento en popa. No contento con eso, un día de tantos en los que voy a su tienda a recoger mi móvil, que no es por nada pero mi móvil chupa más que Mónica Lebinsky, me dijo:
- Koldo, Koldete, creo que voy a hacer el negocio del siglo.
- ¡Otra vez vas a invertir en bolsa el dinero del "Monopoli"!. Que la última vez los billetes de 500 cantaron…
- ¡Que no!. Que en un mes me caso con la hija de un banquero.
No me alegré ni lo más mínimo. Luis, mi amigo de la infancia, se casaba.
De la noche a la mañana me vi inmerso en la vorágine del matrimonio.
Situación:
No tenía traje, ni corbata, ni zapatos. Mi sueldo dejaba mucho que desear, bueno mucho que desear, como que últimamente llevaba bocadillos de "Avecren" al trabajo. Si cuando metía la tarjeta en el cajero no me salía "opciones", me ponía "Game Over". Y salía desde hacía tres meses con Ana, una chica majísima, pero de 32 años. Me comprendéis, ¿no?.
Lo del traje siempre resulta una odisea, os lo explico:
Después de recorrer 83 tiendas, Ana cree que el que mejor me queda es uno que vimos en la primera. ¡Que casualidad!, la más cara. Resultado, voy hecho un cuadro. Ahora sí, el traje es de "ARMANI", la camisa de "EMILIO TUTTI" y la corbata de "MAXIMO DUTTI". Y me pregunto yo:
¿Quiénes son estos tíos?. Es como si me dices "TONETTI", que era un payaso. Y vestía mejor que yo. Pero Ana dice que así vestido tengo una gran personalidad.
Al final, llegó el domingo fatídico, y yo con un traje que parezco una mezcla entre el "Cobrador del frac" y el "Mago Andreu". La corbata tiene una forma indescriptible, estoy seguro de que si la miro detenidamente y a continuación desvío mis ojos sobre una superficie blanca, veo el rostro de "Carrascal". Parecía un cuadro "3D". Y en el altar, mi amigo Luis dijo las dos únicas palabras que no se le deben decir jamás a una mujer. Bueno, las únicas no, porque están las de "has engordado" que tampoco diría. Dijo: "SI QUIERO".
La verdad es que no me sentí tan mal, hasta que la novia a la hora del beso se levantó el velo. Claro, yo que no la conocía, ¡horror!, sería hija de un banquero, pero ¡Que fea era!
(DIRIJIENDOME AL PUBLICO)
¿Qué?, ¿qué dice?. ¿Qué tendría una gran personalidad?. Eso no lo he discutido yo en todo el monólogo. La gente no sabía si lanzarla arroz o cacahuetes.
Ahora, si hay algo que odio en las bodas son las fotos, todos fuera posando, el suelo lleno de cacahuetes, quiero decir arroz, y lo curioso son los grupitos que se forman. Los amigos del novio, las amigas de la novia, los familiares del pueblo, y un grupo de gente que ni el novio ni la novia conocen, pero están en todas las bodas. Todos con más hambre que "CARPANTA" y criticándose (que si esta está separada, ese vestido no
es de Agata Ruiz De La Prada, que si el padrino lleva bisoñé…. Etc.). Por favor, eso no era una boda, era "SUPERVIVIENTES". Si sólo faltaba "ITURRIAGA".
Y por fin el momento más deseado, la comida, el papeo, el banquete, la jamada. Llegamos al restaurante y tomamos asiento. Entonces los comensales se transforman, les crecen las uñas, los colmillos y se les cae la baba. Vamos, que se pierden los modales.
(DIRIJIENDOME AL PUBLICO)
Señores, señores, seamos serios, que los langostinos no están rojos porque están cocidos, es que están avergonzados.
Y como en todas las ceremonias llega el momento más duro. Pagar, acoquinar, saldar, abonar.
Claro, por un lado están los familiares de la novia. Recordemos:
Banqueros no echan un sobre con dinero, eso era un paquete, y qué paquete, ni el de "FINITO DE CORDOBA".
Al ver esto siento cómo me aprieta el nudo del cuadro en "3D", quiero decir la corbata, y una gran angustia. Llevaba 15.000 ptas en la cartera y tenia que llegar a fin de mes.
Pero por el otro lado están los familiares de Luis, y mi angustia desaparece al ver que están metiendo en los sobres los billetes del "Monopoli".
- ¡Cuidado!. Que los billetes de 500 huelen.
Yo, después de beberme una botella de vino rosado, dos escoceses y media de whisky, coño, como que me empiezo a animar, hasta me lo estaba pasando bien. Pues nada, a la pista a bailar "Los Pajaritos".
Cuando me dirijo a bailar, la madre de la novia coge el micrófono y dice:
- Mi hija va a lanzar el ramo.
¡Que era aquello!. Una oleada de solteras corriendo mientras gritaban y agitaban las manos. ¡Ni que vinieran los "Back Street Boys"!.
(COMO RETRANSMITIENDO UN PARTIDO. SIN COMAS)
La novia se sube en el escenario de los músicos rápidamente se da la vuelta y lanza el ramo que choca con el techo rebotando en el bisoñé del padrino sale despedido hacia la batería que rebota en el timbal numero uno atravesando la pista de baile un montón de manos intentan cogerlo una y otra vez sin suerte hasta que una mano afortunada lo coge y lo agarra con toda su alma.
(PREGUNTANDO AL PUBLICO)
¿Y saben quién era la mano afortunada? Pues de Ana, mi novia, que me mira como diciendo:
- El próximo eres tú.
Claro, ese "El próximo eres tú" me lo tomé como si estuviera en el corredor de la muerte, y desde entonces, no he vuelto a hablar del tema. Hasta hoy. Ahora mi novia cada vez que pasamos por una iglesia se lanza arroz, y mis padres no dejan de regalarme juegos de maletas. ¿Me querrán decir algo?.
Bueno, conclusión: Cásense o no se casen, hagan lo que quieran, pero a mí, a mí no me inviten.
KOLDO ARRASTIA
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Las verdades se convierten en dogmas desde el momento en que comienzan a ser discutidas. Gilbert K. Chesterton (1874-1936); ensayista y novelista
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Un vestido no tiene sentido a menos que inspire a los hombres el querer quitártelo.
Francoise Sagan
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